Pasó el tiempo y enseguida llegó el día de la esperada cita, pero todas nuestras espectativas se acabaron enseguida, porque el ginecólogo nos volvió a contar lo mismo que nos había informado el anterior.

Cada vez que me acercaba al hospital, preguntaba en información y como no tenía nada que acreditara mi problema, me tocaba contar todo al que estuviera en la ventanilla ese día. Buscamos haber " algún enchufe" ¡pero nada!, no teníamos suerte ni para eso.
No os lo vais a creer, pero entre una cosa y otra pasó un año entero, hasta que me llegó la cita esperada, tenía unos treinta y seis años más o menos, pero la ilusión como el primer día. Estábamos locos de contentos, creíamos que ya estaba todo hecho, y me veía con la barriga paseando y contestando a la gente, que me dirían ¡¡¡ ya era hora !!! ¡¡¡ si lo pedía el pueblo !!!, ¡¡¡ más vale que nunca !!!.
Pero como os imaginareis más lejos de la realidad no podíamos estar..... pero soñar es gratis y como sueños que son siempre uno se despierta, y a veces no muy bien...