El resultado de la prueba no mostró nada cocluyente, por lo que se decidió, empezar las pruebas con migo, pero esto no iba a ser coser y cantar para ello había que solicitar cita en el departamento de esterilidad, que en aquellas fechas, se encontraba en la residencia, no sé el tiempo que tardaron en darme cita, pero a mí se me hizo eterno.
La entrevista con el ginecólogo, fue meternos miedo en el cuerpo, primero diciendo nos que nos agobia ramos, porque todavía eramos jóvenes, que seguramente nos queda ramos embarazados en cualquier momento y provablemente si seguimos algún tratamiento de fertilidad sería embarazo múltiple
bla, bla,bla.......
Pero sabéis una cosa a nosotros ya nada nos asustaba, en las largas conversaciones que teníamos mi pareja y yo sospechabamos que algo tenía que pasar, porque no era normal, no puedo deciros el tiempo que ya había pasado, pero dos años fijos, así que nos daba miedo empezar con las pruebas, eran más las ganas, que el miedo y como en cualquier momento podíamos parar, púes adelante.
Tenías que estar hasta el moño,pero las ganas de ser madre tienen que ser una pasada para seguir adelante.
ResponderEliminarCHIM PÚN
Yo cuando quiero una cosa voy a por ella cueste lo que cueste, soy muy variable y lo mismo veo la botella medio llena como medio vacia, pero cuanto más dificil y peor se me da más me empeño en sacarlo
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